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Dicen que a quien madruga Dios le ayuda, pero al que se levanta tarde…

Quizás eso es lo que le esté pasando a Las Mañanas de Cuatro cuyo comienzo tardío para lo que indica el nombre del programa, las 12h30 ya pasado el mediodía, no le está sentando nada bien desde hace un par de años. Este retraso horario se debe, en parte, a la estrategia de Mediaset de no hacer coincidir magazines en sus cadenas, esperando por ello a que a esa hora finalice el de la cadena madre Telecinco, El programa de AR (lo mismo ocurre en el grupo Antena3, donde nada mas terminar Espejo Público en Antena3, La Sexta da comienzo a su tertulia Al Rojo Vivo para continuar la batalla a menor escala).


Esto también supone que los contenidos sean algo diferenciados al del típico magazine de la mañana que conducen Ana Rosa Quintana, Susana Griso o Mariló Montero. En Las Mañanas de Cuatro no encontraras noticias de crónica social o debates de cotilleos del corazón y realitys de la cadena, territorio amplio ya reservado a AR o Jorge Javier Vázquez y su pandilla. Aquí lo que prima es la información política y de sucesos, no sé si con la intención de que se te quiten las ganas de comer del cabreo. Este tipo de formatos está teniendo una gran presencia en las parrillas actuales, desde que nos levantamos hasta que nos echamos a dormir, y es que no hay día que no nos topemos con un nuevo caso de corrupción, polémicas entre partidos políticos, protestas de la gente o crímenes en algún punto del territorio. Todo esto, ayuda mucho a rellenar horas de programación ya que estos programas se van retroalimentando del desarrollo diario que, tristemente, van teniendo estos sucesos.



 

 

La presentadora, Marta Fernández, se encarga de moderar una mesa de debate durante la 1h30 que dura la emisión, comentando todos los temas que van ocurriendo. Algunos son presentados mediante piezas de video y otros con conexiones con los lugares de los hechos, cumpliéndose aquello de primero información y luego opinión. En algunas ocasiones también se intercala con alguna entrevista en el plató o por conexión directa. 

La verdad es que hay tramos en los que se hace pesado el debate ya que llega un punto en el que se enfrascan en un mismo argumento, a veces hasta personal entre ellos, que no lleva a ningún sitio. Lo sorprendente es ver cómo según va avanzando el programa, van apareciendo mas contertulios en la mesa de la nada, aprovechando algún video o corte, lo que favorece que se acabe convirtiendo en un gallinero del que pocas conclusiones claras se puedan sacar (cierto es que dentro del panorama televisivo hay tertulias peores en este aspecto). Incluso se da el caso de alguno de los intervinientes de la última parte, al cual no le da tiempo a abrir la boca de lo caro que esta pedir la palabra. Por otro lado, eso tampoco es un problema grave, ya que a alguno de estos contertulios, le podemos ver horas antes o por la noche en alguna otra cadena debatiendo lo mismo (estaría interesante observar si mantienen la misma postura, o si, dependiendo de la cadena o de la hora que sea, ya van cambiando sus impresiones).



Tampoco me parece adecuado que se tiren 11 minutos de publicidad seguida, ya que no es de recibo estar esperando todo ese tiempo para volver a engancharte al debate, mas aun teniendo un rival que, diariamente, te supera en audiencia como Al rojo vivo cuyo corte publicitario es menor. La única razón que le veo es que quieran que los espectadores tengan oportunidad de poner en práctica los anuncios que mas priman a estas horas, hacer la comida o sacarse un seguro de coche.



El caso es que el programa de La Sexta va aumentando cada vez más su diferencia en la lucha por las tertulias del “vermouth time” superando continuamente la barrera del 10% de share por el apenas 5% de la cadena de Mediaset. Mi opinión es que la ausencia de una ideología, al menos,  algo marcada, sobre todo tras ser absorbida por Telecinco y pasar esta a controlar la línea informativa de la cadena (de la ideología de la competencia, el nombre de Al Rojo Vivo habla por sí solo) sumado a la indefinición de la marca Las mañanas de Cuatro, programa que cambio su rumbo de magazine matinal tras la marcha en invierno de 2010 de Concha García Campoy, puede provocar esa falta de respaldo diaria. Y es que como vemos en esta tabla sobre la evolución del programa, los problemas no vienen de “la noche a la mañana”.



































 

Daniel Curto Trueba - 06 / 03 / 2013

A Cuatro se le atragantan las mañanas

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